Recóndita Bëllädönä
Cuando te llama el poder del círculo, es imposible desatender la llamada...
Soy una persona totalmente normal y fuera de lo común, como tú...justo como tú.
No hay nadie por encima ni por debajo de otro. La diferencia la marcas tú desde tu acción, o desde todo lo contrario: desde la inacción.
Nací en una familia católica pero no practicante. El fallecimiento de una hermana hizo que me planteara muchas cosas. Hoy en día sigo planteándome unas otras tantas.
Desde siempre vi que el mundo no era bonito, pero tampoco era horrible. Así que decidí fervientemente que no viviría mi vida de la manera en la que observaba a mis parientes. Decidí que la magia existía si le dejabas entrar en tu vida. Simplemente me dejé llevar por las mareas del Sol y la Luna. Crecí en compañía de lobos de ciudad y de pájaros del viento de las montañas. Recurrí a sabidurías perdidas y olvidadas y reuní los pocos conocimientos que me hacían sentir conectada con lo sacro. La luz y la oscuridad del ser humano ya no eran vistas por mí como algo necesariamente alcanzable; se trataba de encontrar esa isla plateada justo en el centro de mi mundo, de mi alma. El punto donde se reúnen el camino rojo de la vida y la llama candente de lo sagrado en nosotros.
Algunos me denominarían Hedge, otros bruja, otros tantos herbolaria o curandera. No me sirve ninguno de esos atributos y me sirven todos. Soy eso y nada... y Todo.
Bienvenido a la Hermandad.