CURSO DE MAGIA NATURAL, CAPÍTULO 5. LA INICIACIÓN



“Alice se sentía nerviosa. Hoy era el día. Esta noche era su iniciación. Sus compañeras de grupo la ayudarían con un rito personal y poderoso. Esa noche asumía su poder y su compromiso con el despertar a la magia.

Llegó puntual a la cita. Se encontraban en una pequeña casa de campo. La recibieron con cálidos abrazos y besos. A la luz de las velas la acompañaron hasta un acogedor baño donde la desnudaron y lavaron su cuerpo como símbolo de pureza de corazón y renacimiento. Al acabar este proceso la vistieron con una sencilla túnica blanca y le vendaron los ojos. Recorrieron un camino que le pareció eterno hasta llegar al borde del círculo ceremonial. Una vez en el círculo la invitaron a entrar y comenzó a honrar sus votos. Los votos eran consigo misma, con su espíritu, con la conexión con lo divino. No se trataba de ningún culto concreto o entidad religiosa. Sus votos eran para aquello primordial a lo que el ser humano sierre ha honrado con diferentes nombres, en diferentes épocas. Desde el chamán que imprimía sus huellas en el corazón de una gruta hasta la joven que hoy en día practica en solitario.

Alice emprendía su propio camino, era un camino largo, casi diría inacabable, que la acercaría al centro del laberinto que todos tenemos en nuestro interior. Camino que emprendemos de diferentes maneras pero que nos une como seres.”

Cuando decidimos tomar las riendas de nuestra espiritualidad asociada fuertemente con la energía de la tierra, es importante hacer un pacto. Un pacto con nosotros mismos. Un compromiso que nos motivará y nos hará retomar la senda cuando la vorágine del mundo “civilizado” nos atrape y nos aleje de él.
 Ese camino, tu camino, es único y sólo tú puedes recorrerlo. Cuando te sientas en sintonía y percibas que es el momento adecuado puedes crear y diseñar tu propio ritual de iniciación. Puede ser privado, en solitario, o puedes hacerlo en compañía.

No busques un ritual de iniciación ya hecho. Ese no es el tuyo. Hazlo tú desde cero. Créalo a tu imagen, con los símbolos que te representen. Crea tu vínculo desde el corazón. No prometas nada que no puedas cumplir. No hay mayor fracaso que engañarnos a nosotros mismos.

Si formas parte de algún grupo es posible que ya tengáis prediseñado el rito. Puede que te sirva, pero se fiel a tu instinto. Revísalo antes y decide.
Sobre todo nunca dejes que nadie te de permiso para iniciarte. Nadie, absolutamente nadie, tiene la capacidad de decidir si estás en el momento adecuado.
No le des poder sobre ti a nadie. Eres la persona adecuada para decidir sobre tu camino. Nadie más lo es. Pero… se consciente de que cada acto tiene su eco en la eternidad. ¿Es realmente el momento?